viernes, 22 de mayo de 2015

Ensanches

Ensanche de Arganzuela
Este edificio, en apariencia anodino, es un superviviente. Un superviviente de cuando se urbanizaron los barrios al sur de lo que fue la cerca de Felipe IV y las vías del ferrocarril o incluso superadas estas.
Hoy son barrios consolidados, principalmente pertenecen al distrito de Arganzuela, pero hubo un tiempo en que fueron ensanche de Madrid, dentro del mismo proyecto de Ensanche de Carlos María de Castro que, a mediados del siglo XIX e inspirándose en el de Cerdá en Barcelona (el famoso Eixample), planificó grandes nuevas zonas de Madrid como Salamanca y Chamberí.
Originalmente Chamberí, superada la cerca y en parte construido sobre los grandes cementerios del norte, se ideó como un barrio de clase media e industrial pero cambió rápidamente su etiqueta de industrial por el de Arganzuela, cosa lógica puesto que en Arganzuela, en este gran sur madrileño, se construyeron las grandes infraestructuras ferroviarias y por lógica también, se estableció la industria.

La aristocracia residencial se estableció efectivamente en el barrio que el Marqués de Salamanca construía en el ensanche este, pero la cruda realidad es que sólo unas pocas manzanas se ejecutaron según la normativa urbanística de Castro, dos o tres alturas, manzanas cuadradas de cien metros de lado con patios que igualaban la superficie en planta construida, calles de varios tipos, pero anchas y luminosas... Ni en Salamanca, ni en Chamberí, ni en Arganzuela se respetaron las normativas, las alturas por lo menos se doblaron y la superficie de patios ni por asomo, cuando no se establecieron industrias dentro de los propios patios...Poco queda de aquellas dos o tres plantas, este edificio o poco más. Originalmente de ladrillo visto y con detalles en dinteles y jambas de ventanas y rejas que, aunque todo ello de factura ya industrializada, dan un cierto aire de ritmo y gracia aunque las viviendas no eran muy grandes. También quedan ejemplos de las manzanas industriales, media docena de edificios hoy recuperados, que merecen un vistazo.
Esta urbanización, también planeada en el ensanche de Castro, en la que se alternaban algunas manzanas industriales con muchas manzanas residenciales alrededor, era la idea del urbanismo de la época, procurando evitar grandes deplazamientos de los obreros, filosofía que por desgracia se ha perdido y hoy los polígonos industriales son zonas inhóspitas y desangeladas hasta las cuales se invierte para acceder grandes cantidades de tiempo y contaminantes.

(foto propia)



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