domingo, 17 de enero de 2016

El Madrid Asombroso. El conde de Villamediana


Hoy Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana


Esta entrada pretende ser un instrumento de actualización para dar a conocer una Ruta muy especial que estamos preparando. El tema, el hilo conductor de la Ruta tiene que ver con esos sucesos curiosos ocurridos en Madrid, algunos inexplicables, otros asombrosos, a veces "truculentos", siempre miserables.

Vamos a hablar de personajes del otro lado de la legalidad, de los "barrios bajos" o de la más alta alcurnia. Asesinatos que marcaron época y que marcaron gobiernos y monarquías. Comentaremos sucesos y leyendas del Madrid más antiguo y nos encontraremos con la cara de la maldad en muchas esquinas, desde los métodos de la Inquisición hasta la más infame cobardía y el más asombroso heroísmo.



Mentidero de Madrid decidnos ¿quién mató al conde?

Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana, fue un poeta y un personaje pintoresco del Madrid Barroco. Nació en Lisboa en 1582 y murió asesinado en Madrid en 1622. Contemporáneo de Quevedo (1580) con quien compartía el gusto por la denuncia social y política a través de la poesía satírica, aunque en lo literario el conde estaba más cerca de Luis de Góngora, quien se apenó especialmente por su muerte.


No se tiene por seguro un retrato del conde de Villamediana
Este es uno de los pocos que se consideran como tal

Es un personaje peculiar que da "la nota" en todas reuniones, con gran capacidad para el escándalo. De economía siempre maltrecha, derrochador y con problemas económicos durante toda su vida, dilapida su fortuna en el juego y la ostentación. Molestaba tanto en la corte que es desterrado varias veces, pero siempre vuelve y continúa con sus críticas (él mismo amasaba una fortuna fruto de la corrupción) y consigue ser el joven más contestatario y rebelde del reino. Mujeriego, crítico y adulador dirige sus versos a las mujeres de la alta aristocracia y a las de vida licenciosa.

En relación con el Duque de Lerma y a su ardid de convertirse en cardenal para no poder ser juzgado por las mayores corrupciones habidas y por haber:

El mayor ladrón de España
Para no morir ahorcado
Se vistió de colorado.


Cuando muere Felipe III, cae su Valido y toda su camarilla y sube al trono Felipe IV. La situación política es compleja y Villamediana sigue golpeando donde más duele.

Llego a Madrid y no conozco el Prado
y no lo desconozco por olvido,
sino porque me consta que es pisado
por muchos que debiera ser pacido.

Villamediana escribió sobre Rodrigo Calderón:

Ya ha despertado el león
Que durmió como cordero
Y al son del bramido fiero
Se asusto todo ladrón.
El primero es Calderón
Que dicen ha de volar
Con Josafat de Tobar
Rabí, por las uñas caco,
Y otro no menos bellaco,
Compañero en el hurtar...
Salcillo sucede
En oficio a Calderón
Porque no falte ladrón
Que estas privanzas herede
Pues el villano no puede
Negarnos que fue primero,
Como su padre pechero,
Y que por mudar de estado
Un sambenito ha borrado
Para hacerse caballero.

Era excesivo, exagerado, mujeriego, atractivo y también culto y amante del arte. Los problemas le surgen cuanto intenta conquistar a la reina o simula hacerlo, a partir de aquí "se masca la tragedia"


La muerte del conde de Villamediana
Manuel Castellano, 1868, Museo de Historia de Madrid

Una tarde de agosto de 1622 es asesinado. En 1623 se suspende la búsqueda del asesino porque Villamediana es acusado del “pecado nefando” (homosexualidad). Los mentideros de la villa no lo creen, pues la vida del conde era bien conocida.

Su trabajo como escritor es muy valorado, tanto que está considerado el mejor discípulo de Góngora y Lope de Vega lo defendía en “El mejor mozo de España”.
Después de su muerte, circuló un poema anónimo, dicen que escrito por Góngora, de quien todo el mundo sabía que era amigo del conde.

Mentidero de Madrid
decidnos ¿quién mató al conde?
ni se sabe, ni se esconde
sin discurso discurrid:
dicen que le mató el Cid,
por ser el conde Lozano;
¡disparate chabacano!
la verdad del caso ha sido
que el matador fue Bellido
y el impulso soberano”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario