martes, 1 de mayo de 2018

¿Qué celebramos el Dos de Mayo?


Nuestras Rutas Guiadas tienen diferentes finalidades, la primera pasar un rato divertido, pero también pasear, mirar, descubrir, asombrarse y siempre pensar.
Madrid es una ciudad repleta de rincones llenos de historia, anécdotas, curiosidades, arte y cultura y nuestro trabajo, un trabajo muy bonito y envidiable, es "ponerlos en valor".

La celebración de la insurrección contra la ocupación francesa ha estado siempre envuelta en un halo de patriotismo, sobre el que no vamos a discutir, pero que tiene algo que matizar y que por culpa de ello o con esa excusa, se ha seguido utilizando la algarada (y a la infeliz gente que murió en ella) de manera interesada desde hace doscientos años.

Carlos IV era un inepto para gobernar, pero ¿quién no lo fue en el pasado y quién no lo es hoy?. Sin embargo Carlos IV no era tan cobarde, vengativo, miserable, ingrato, hipócrita, desleal, mezquino, ruin, ambicioso sin luces, inútil, necio, falso, egoísta, como fue su hijo Fernando VII.



"La familia de Carlos IV" Museo del Prado


Una vez escuchamos a un historiador en una conferencia decir: "lo mejor que se podía decir de Fernando VII es que era mala persona", pero a pesar de ello y esto nos ha resultado siempre sorprendente, el populacho le quería.




Fernando VII, Príncipe de Asturias
Óleo preparatorio para la composición de "La familia de Carlos IV"
Museo del Prado


Son conocidos los motivos, pero sería difícil compartirlos hoy día. Quizá ahí esté la explicación. Fernando tenía el favor de un populacho, porque la ignorancia es muy dada a aquello de "es mi rey" o "es de los nuestros", en resumen "es mío" y no me lo quitas tú que vienes de fuera. Aderezado además con discursos desde los púlpitos en contra de los "franceses endemoniados" cuya reciente revolución renegaba de Dios, y todo ello financiado por unas élites que no podían permitir perder sus privilegios con la llegada de un nuevo orden.
Y si el populacho está manipulado, "una chusma de aldeanos guiada por una chusma de curas" (palabras de Napoleón), por curas y por unas clases dirigentes con miedo a perder sus privilegios, lo inconcebible se vuelve realidad.




Proclamación de Fernando VII en la Plaza Mayor




Aspecto de la insurrección en la antigua Puerta del Sol


Cada Dos de Mayo, no deberíamos celebrar según qué cosas...

¿Fueron héroes?... Es difícil ver heroicidad en esas caras desencajadas, asesinas, lo que se ve es odio. Y se ve por ambas partes, aunque en el caso del cuadro de Goya, en los soldados franceses habría que hablar inicialmente más de defensa de sus propias vidas.



Dos de Mayo o "Carga de los Mamelucos"
Francisco de Goya. Museo del Prado


¿Fueron héroes?... Sí, en definición lo fueron, pero hay que matizar porque quizá mejor nos habría ido a todos si se hubieran quedado en su casa, como por otra parte hizo la casi totalidad de la población. De una población de alrededor de 150.000 madrileños, se estima que participaron en la insurrección unos dos mil. No hay dudas de su valentía, de su arrojo... ¿de su patriotismo?, no, de su patriotismo sí que caben dudas. Dudas porque España era un concepto bastante ignoto entonces, quizá no comparable al de hoy que habría que buscar desde finales del siglo XIX (esto que lo discutan los expertos), pero no sólo existía una realidad ultramarina, sino que dentro de la misma península y a pesar del rodillo de Felipe V, existían aún reinos, leyes, fronteras, monedas y medidas diferentes y pese a quien pese, el sentimiento nacional no tiene mucho que ver con el actual. Todo evoluciona y todo cambia.

La lista de fallecidos durante las jornadas del Dos y Tres de Mayo de 1808, habla de entre cuatrocientos y quinientos muertos y se debe a un listado elaborado para indemnizar a las víctimas después de que los familiares y testigos reclamaran en nombre del fallecido y probaran su participación en la insurrección, una pena, siempre es triste la violencia, pero que murieran por defender a su rey infame, a sus curas retrógrados y a sus dirigentes del Antiguo Régimen es más penoso todavía.



Tres de Mayo de 1808 o "Fusilamientos"
Francisco de Goya. Museo del Prado


Fernando se alegró de los españoles muertos y felicitaba a Napoleón cada vez que este vencía en una batalla de la "Guerra de la Independencia", una guerra que duró seis años atroces y que se llevó por delante a medio millón de españoles... en las serie de grabados de Goya "Los desastres de la Guerra", el salvajismo y la bestialidad por ambas partes estaba a la orden del día... y Fernando felicitaba por ello a Napoleón.



La rendición de Bailén
Casado del Alisal. Museo del Prado
Primera batalla que perdería Napoleón


Finalmente Napoleón perdió terreno en Europa y se vio obligado a retirarse de España... eso ya es otra historia, pero el caso es que dio via libre a Fernando, el rey felón para que volviera de su exilio-protección en Francia, y este volvió con más saña que nunca, volvió represaliando a todos aquellos que habían apoyado cualquier esperanza de libertades, de apertura, de un fin del Antiguo Régimen o una constitución (la de Cádiz de 1812).

Si una persona te engaña una vez, puedes arriesgarte una segunda vez, pero confiar en Fernando fue un gran error; viéndose en peligro aceptó ser un rey constitucional y comenzó el Trienio Liberal (1820-23), pero conspiró para que aquello acabara cuanto antes.

Finalizado el Trienio Liberal, por la fuerza y con la ayuda de su alianza con las potencias absolutistas de Europa, continuó la represión, la cárcel, las ejecuciones de liberales y finalmente las Guerras Carlistas que nos acompañaron durante todo el siglo XIX y hasta la Guerra Civil Española ya en el siglo XX.


Fusilamiento del general Torrijos en las playas de Málaga
Antonio Gisbert. Museo del Prado

Quizá lo que haya quedado es el patriotismo rancio con aureola de heroicidad, que no está puesta en duda, lo que se pone en duda es la idoneidad de defender (y con la vida) a un rey abyecto, representante de un poder retrasado y despreciable, frente a la puesta en práctica de un estado moderno, libre del peso de la religión y en el que se valoraba la empresa y se fomentaban el trabajo, la educación y las libertades. Una oportunidad perdida, sobre todo teniendo en cuenta que al vulgar campesino, al común artesano, al "pechero" en fin, como mínimo le daba igual y no perdía nada, dejando de ser súbdito de un rey ignominioso, que ciudadano libre y con alguna incipiente representación en el poder.

Este es el rey por el que aquellos madrileños perdieron la vida, Fernando VII; perdieron la vida por él y por el Antiguo Régimen, por mantener los privilegios de la iglesia y de la nobleza, pilares del absolutismo. ¿No hubiera sido preferible una España ilustrada, con mayores libertades, educación universal y sin la opresión de la religión?. Sin duda, sí, pero como todas las ucronías, no es más que especulación.



En el Paseo del Prado, lugar de ejecución durante las jornadas del Dos y Tres de Mayo, se conservan las cenizas de los madrileños represaliados por defender la continuidad de Fernando VII en el trono de España





El dos de Mayo de 1808 en Madrid: relato de un testigo presencial de los hechos -- Rafael Pérez, actor de los teatros madrileños durante la ocupación francesa de Madrid, decidió poner por escrito en un diario los acontecimientos por los que pasaba la ciudad desde desde el motín de Aranjuez, dando cuenta de las noticias que corrían diariamente. Este es relato que nos dejó sobre los acontecimientos del 2 de Mayo, en la voz de Carlos Lara. No olvidéis que siempre podéis leer este diario a través del manuscrito que conserva la Biblioteca Histórica (http://bit.ly/1rEJ1Wr) de su moderna edición (http://bit.ly/1SD0kxv) o incluso escucharlo en formato audiolibro (http://bit.ly/249f1TR).


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