jueves, 12 de mayo de 2016

San Isidro y Ruy González de Clavijo

Nuestra Ruta Medieval te cuenta la historia de Madrid desde "antes de ser Madrid", hasta que Felipe II decide hacer de la ciudad la capital de sus reinos...

En este paseo, entre la historia y los monumentos, las anécdotas y las leyendas, destacan algunos personajes "singulares" y entre ellos especialmente Ruy González de Clavijo e Isidro de Merlo y Quintana, más conocido como San Isidro.



El Puente de Toledo con las estatuas de San Isidro y Santa María de la Cabeza
foto MadCulTour ®

En varios lugares de nuestra Ruta Medieval, el protagonista fue San Isidro, seguramente sin quererlo.

A San Isidro hay quien le llega a "colocar" más de cuatrocientos milagros. Siendo realistas y aceptando la palabra y el significado de milagro sin cuestionar nada, hay que decir que los más "realistas" son media docena.
Pero lo milagroso en la vida de Isidro no son los propios milagros, sino su propia existencia y para empezar a hablar de su vida y milagros vamos a dar por cierto este hecho porque tampoco hay un solo documento que lo argumente, salvo la recopilación en un libro, desde fuentes orales, mucho tiempo después de su muerte.
Tanto el rey Felipe II, como la poca y de poco peso nobleza madrileña y la escasa y de poco peso iglesia madrileña, necesitaban un santo "como Dios manda" para la capital del Imperio en el que no se ponía el sol y que a ser posible tuviera sus raíces en lo cristiano "puenteando" el origen musulmán de la ciudad... La necesidad crea el órgano.
La leyenda (las fuentes escritas, como decíamos, son posteriores y se basan en leyendas y narraciones verbales), nos habla de un buen hombre, probablemente nacido en 1082, en un Mayrit aún musulmán (se cree que las tropas de Alfonso VI debieron hacerse con la ciudadela, de manera al parecer no muy cruenta en 1083, poco antes que Toledo o quizá a la misma vez que esta, en 1085), un buen hombre que al parecer trabajaba como agricultor y pocero, sirviendo en diferentes momentos y lugares de Madrid, a una familia nobiliaria llamada "Vargas"... y aquí comienza ya el lío porque unos historiadores afirman que es posible y otros lo contrario, incluso que su amo, el famoso Iván, o Juan de Vargas, ni siquiera existió.

El caso es que es un santo raro, quizá el más raro de todos porque era pobre (hasta entonces los santos casi siempre eran de familia rica, noble y pagana, que abrazan la fe en Cristo, etc) y tampoco era eclesiástico (como la mayoría de los santos medievales cristianos que eran eremitas o directamente párroco, cura, sacerdote) pero su leyenda le envolvía en una vida llena de hechos asombrosos que posteriormente al rey Felipe (tanto a papá Felipe II, como luego su hijo y su nieto) le vino al pelo para dar a su recién elegida capital de sus "reynos" una raíz no musulmana.

Entre milagro y milagro, cuando tendría unos treinta años, Isidro tuvo que huir a la sierra una temporada, al parecer por la presión reconquistadora de los musulmanes, donde conoció y casó con María Toribia, que también llegó a ser santa, conocida como Santa María de la Cabeza y volvió a Madrid pasado el peligro, para morir ya muy viejo en 1172 (no hay una sola fecha contrastable en su vida, todo son leyendas) y seguir haciendo milagros después de muerto.
Por cierto que es la única familia santa; padre, madre e hijo (Illán, o Millán), Isidro, María de la Cabeza y san Illán... los tres santos.



Cuadro con la representación del Milagro del Pozo
Y el pozo que se conserva en la Casa-Museo de San Isidro
foto de la web del Museo de San Isidro-Los orígenes de Madrid


Vivió según la tradición, en la casa de sus amos, Palacio de los Vargas, hoy Museo de los Orígenes y Casa Museo de San Isidro (porque según también la tradición, se conservan las habitaciones que ocupaba y el "pozo del milagro"), junto la parroquia de san Andrés, hasta ahí todo normal porque era la zona dónde vivían los mozárabes, pero además es muy probable que en esa zona naciera y muriera porque en aquellos tiempos tu parroquia marcaba tu vida de principio a fin, tu bautismo, tu casamiento y tu funeral... de movilidad y ver mundo, el justo.

Estuvo enterrado en el cementerio de San Andrés, desenterrado varias veces; una al parecer por Alfonso VIII después de las Navas de Tolosa (1212), para confirmar que era el pastor que se le apareció antes de la batalla y ayudó a ganarla cual Santiago Matamoros (pero este sin espada, que era campesino y pocero y no caballero) y que viendo que estaba "incorrupto" (las comillas son por lo que siempre nos sorprende la incorruptibilidad, buscad una foto de la momia en la web), decidió dar publicidad al asunto del milagro y pasar su cuerpo a un arca preciosamente decorada y dentro de la iglesia. Primera gran vinculación Real y también interesada, porque todo entraba dentro del pago a las tropas madrileñas que participaron en las Navas, esto significaba notoriedad, peregrinaciones, dineros a la parroquia y al municipio, etc... vamos que... lo normal ya en la época, nos creemos que los impuestos, aranceles, merchandising y demás los inventó el hombre blanco anteayer.

Varios reyes, ya desde el Emperador Carlos y su hijo Felipe II, sanaron con las aguas milagrosas de sus pozos y fuentes, concretamente de la de Carabanchel que hoy es Ermita del Santo, tan concurrida estos días de mayo. Simplemente sus aguas eran muy carbonatadas, "aguas gordas" decían, la "sal de frutas" de la época, como otras fuentes madrileñas, muy buenas para las dolencias del estómago, padecimientos de las que el Emperador era gran aficionado porque al parecer su prognatismo le hacía masticar mal a la vez que engullía carne con pasión, mala combinación. El agua que con tanta tradición bebéis estos días festivos en la ermita, como la del grifo pozo del milagro, dentro de la Casa-Museo de San Isidro o Museo de los Orígenes, es eso... del grifo, del "Canal de Isabel II" como la del grifo de tu casa... si bebiérais agua del pozo de la ermita, santa de verdad, moriríais al instante retorcidos entre dolores de estómago terribles, la contaminación de la fuente o pozo de aguas subterráneas, ya de por sí en Madrid y junto a un cementerio...

Dicen que otros reyes tuvieron que pasar el apuro de su vida cuando enfermaron y alguien pensó que sería conveniente meterles la momia en la cama para ver si así mejoraban. Dicen que el caso es que así mejoró Felipe III, pero me da que para el pobre Carlos II debió ser un susto tal del que, sumado a su triste existencia, ya no se recuperó.
Los paseos en idas y venidas del santo para cualquier cosa, rogativas, desgracias, procesiones y los tratamientos de choque reales, son numerosos.

Años después de su muerte tocan disputas con la familia Vargas cuando estos, como antiguos jefes de Isidro, construyen una capilla en San Andrés para alojar el arca y se lo llevan a su terreno, en la misma iglesia pero a 20 metros. El párroco de San Andrés que de eso nada y consigue en unos pocos años que los Vargas le devuelvan el arca y la momia, los Vargas que se enfadan y cierran su capilla para ellos solos. Y pasada la disputa, San Isidro que aún no descansa en paz, porque casi entre un Felipe y otro, entre los reinados de Felipe III y Felipe IV, consiguen hacerle Santo madrileño y claro, San Andrés se amplía con una nueva capilla para hacer una iglesia más acorde con la importancia del Patrón de la capital del Imperio y del mundo. Isidro saca de todo esto una nueva arca de mármol y que pase la moda de pasearle, pero no del todo...


Iglesia de San Andrés
foto MadCulTour 
®


No acaba aquí la cosa, aún queda un último paseo porque la momia hoy no está en San Andrés, está en la Colegiata de San Isidro (antes iglesia de los Jesuítas) a donde la mandó llevar Carlos III para zanjar temas con la orden después del cabreo que se pilló tras el Motín de Esquilache y de poner de moda lo de expulsar por enésima vez a los Jesuitas a perpetuidad.
Allí sigue, en la desde entonces Colegiata de San Isidro, desde finales del siglo XVIII aunque hay quien dice que vaya usted a saber quién fue en vida el pobre personaje cuya momia conservamos... como hay quien dice que la cabeza de santa María (de la cabeza) que está a su lado, no es ni de mujer... La de María Toribia, su esposa, más conocida como santa María de la Cabeza, es también otra historia complicada y realmente a quien le tiene que interesar la verdad, es a quien tiene fe y si tienes fe no te tiene porqué interesar la verdad, así que por eso se queda todo como está.

Para rematar, nos quedamos con esta divertida estampa madrileña de un San Isidro con sorprendente parecido con el ex-alcalde Álvarez del Manzano (y al lado tiene a su señora, su esposa del sr Manzano, como Santa María de la Cabeza).



Interior de la Iglesia de San Andrés
Zona del antiguo enterramiento de San Isidro

foto MadCulTour 
®


No es broma, que podemos encontrar a ambos dentro de la Iglesia de San Andrés, junto a la zona en donde se supone que estuvo enterrado el santo y que es uno de los puntos de interés de los visitantes, aunque como es normal los párrocos estén molestos por tanta visita frívola.
Pasen y vean, pero por favor, un poco de respeto, compostura, silencio, decencia en el vestir... y no hagan fotos... eso pide un cartel.



Interior de la Iglesia de San Andrés
Zona del antiguo enterramiento de San Isidro
foto MadCulTour ®


El otro personaje de nuestro Madrid Medieval, extraordinario pero poco conocido, es Ruy González de Clavijo que hizo un espectacular viaje a Asia, a comienzos del siglo XV, para presentarse como embajador del rey Enrique III ante la corte de Tamerlán. Su increíble viaje lo detalló en un libro...

“Mi Señor: el gran león de España, don Enrique, tiene una ciudad que se llama Madrid que está cercada de fuego y edificada sobre agua, y entran en ella por una Puerta Cerrada, y más, sepas imperial Señor, que la ciudad de mi rey está gobernada por alcaldes que son gatos, y los procuradores son escarabajos y, finalmente, los muertos andan por las calles”

Si quieres conocer más sobre quién y por qué dijo esto y... de qué te suenan estas frases... ven a nuestra Ruta del Madrid Medieval



Ruy González de Clavijo
Foto de Wikipedia


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