jueves, 8 de diciembre de 2016

Nuevas temáticas y nuevos retos de Velázquez a la vuelta de su primer viaje a Italia



Nuevas temáticas y nuevos retos de Velázquez a la vuelta de su primer viaje a Italia

De vuelta a la Corte, Velázquez se encontró con numerosos encargos para decorar nuevos espacios con motivos relacionados con una Monarquía en su periodo de máxima hegemonía y que decía liderar la Cristiandad y el poderío económico y militar en el mundo. Para ello se ideó una representación del poder con intención propagandística que incluía a la Familia Real y a los logros militares de la Monarquía Española.

Velázquez se encontró con una enorme carga de trabajo como retratista de la Familia de Felipe IV (y también de su entorno cortesano más cercano) que demandaba gran cantidad de obras cuya temática estaba subordinada tanto a la propaganda política como a la decoración de nuevos espacios que se estaban construyendo. El ensalzamiento de la gloria y el poder de la Monarquía, su carácter universal y mitológico y a la vez la necesidad de la “instantánea” casi periodística se incorporaron a las temáticas que Velázquez necesitaba desarrollar y para las cuales su paso por Italia seguramente aportó la destreza necesaria para llevar a cabo estos encargos.

Retratos Reales, destinados a impresionar, decorando el Salón de Reinos de los nuevos Palacios Reales del Retiro con gran contenido simbólico y político en los que se resaltaba el carácter conductor paternal y militar del rey y con los que se aseguraba la continuidad dinástica reforzando la idea de Monarquía Universal firmemente enraizada en el pasado y con un futuro incuestionable.

También una serie de Retratos Reales destinados a decorar la Torre de la Parada del Pardo, un lugar lúdico, con un gran contenido emotivo y familiar a la vez que propagandístico, uniendo la simbología de la caza con la simbología militar sin olvidar que hasta un niño (Príncipe de Asturias, Baltasar Carlos) era simbólicamente tratado como cazador al considerar la fuerte relación entre la caza y el gobierno civil y el militar. Los fondos y paisajes, muchas veces eran las sierras madrileñas, es el paisaje y el cielo que ha superado la barrera del arte para dar un sentido casi internacional a una frase conocida desde principios del siglo XX cuando se empezó a asociar Madrid y a su característico color azul del cielo como cielos o azules “velazqueños”


El príncipe Baltasar Carlos a caballo (Velázquez 1635)
Museo Nacional del Prado. Madrid
foto de Wikipedia

A modo de resumen, Velázquez era un gran pintor antes de viajar a Italia pero indudablemente su viaje le aportó mayor cultura, técnica y destreza, seguramente no sólo en cuestiones pictóricas. En líneas generales, el contacto con la antigüedad clásica y nuevas corrientes le impulsan a abandonar la estética y la iluminación que el Caravaggismo había impuesto sobre el uso de una luz que ya no reforzaba el dramatismo de las escenas modelando de una forma tan dura las figuras sino que, sin dejar de lado la calidad del efectismo y la calidad de virtuosismo que aportaba, se utilizaba para armonizar y enfatizar la escena. Esta novedad aportó a Velázquez uno de los aspectos que le hacen ser reconocido hasta por el público menos introducido. Velázquez es reconocido por el gran público como “el pintor capaz de pintar el aire” y el inventor de los “azules cielos velazqueños de Madrid”, aspectos tan presente en sus retratos.


La fábula de Aracne o Las Hilanderas (Velázquez 1657)
Museo Nacional del Prado. Madrid
foto de Wikipedia

Debajo dos ejemplos tomados de YouTube basados en la canción de
Luis Eduardo Aute, "Tríptico de luces y sombras"
...Coincidimos en la admiración por Velázquez, Goya y Picasso



 


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