miércoles, 8 de julio de 2015

Antonio Machado y Madrid

"Madrid, Madrid, ¡qué bien tu nombre suena
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas"

Antonio Machado, noviembre de 1936.

Dicen que Antonio Machado, ya anciano, escribió estos versos mientras León Felipe y Alberti aconsejaban a su maestro escapar del Madrid amenazado; no lo consiguieron a pesar de encontrar al poeta "concentrado y triste".
Hubo poco después un segundo intento, con mayor insistencia para conseguir que saliera de Madrid con su familia y se desplazara a Valencia junto al Gobierno de la República. Poco tiempo después, desde Valencia volvió a huir hacia Barcelona y finalmente, en enero de 1939, cruzará la frontera hacia Francia junto a su madre y a miles y miles de españoles en unas condiciones penosas de frío, cansancio, hambre y lo peor... derrota. México acogió a los republicanos de manera ejemplar, pero Francia no se portó todo lo bien que debiera con los exilados españoles, temía molestar a la bestia de Hitler y como el resto de los "aliados", mantuvieron una oposición muy tibia ante el Golpe de Estado de Franco y sus colaboradores. Los exilados acabaron en campos, mal atendidos y en muy malas condiciones durante los primeros meses. Muchos de los que aún tenían fuerzas, se alistaron y lucharon junto a las tropas francesas libres (parte de Francia fue ocupada por Alemania y tuvo un gobierno colaboracionista con Hitler) y estuvieron en primera línea en la liberación de ciudades como París al finalizar la Segunda Guerra Mundial en Europa, guerra que había comenzado inmediatamente después de la Guerra Civil Española, como un presagio, como un ensayo...
Antonio Machado, absolutamente envejecido y abatido, murió a los pocos días de cruzar la frontera. Su tumba está en Colliure y es visitada cada año por infinidad de amantes de la Poesía y las Libertades. Como último acto de revancha, en 1941 el gobierno franquista le expulsó "post mórtem" de su puesto de catedrático de instituto.
Su madre murió dos días después que Antonio, sabiendo que él había muerto también, aunque se lo ocultaran... como se ha dicho siempre y en palabras (o letra de canción) de Revolver "...ningún padre debería ver morir a sus hijos..."
En su penoso viaje al exilio y en su muerte, Machado fue acompañado por Corpus Barga, narrador, ensayista y periodista madrileño, gran cronista como lo fueron Mesonero Romanos o Pérez Galdós, del Madrid del primer tercio del siglo XX y asiduo de muchas tertulias literarias, la del café de Levante entre otras.

En nuestra Ruta Literaria te hablamos principalmente del ambiente de las Letras Madrileñas del Siglo de Oro, Cervantes, Lope, Calderón, Quevedo, Góngora y nos centramos en el barrio de los Literatos, con su gran pasión por el Teatro y sus corrales de comedias, pero también de la Edad de Plata que supuso la Generación del 27, con Lorca o Alberti, heredera de la convulsionada Generación del 98, personificada en Machado, Baroja o Pérez Galdós. Todos ellos vivieron, escribieron y trataron Madrid en sus novelas.



Antonio Machado en la tertulia del Café de las Salesas. Madrid 1934

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